No es un cuento. Cómo empiezas tu día determina de una forma fundamental lo efectivo eres trabajando, gestionando tus emociones, y, en definitiva, tu nivel de agotamiento físico y emocional. Es un esfuerzo que tiene resultados tangibles y beneficiosos para todo el mundo, da igual la edad o el estado físico. El ser humano está hecho para moverse. Sin embargo, le mantenemos sentado la mayor parte del día. También ocurre con la concentración y la dirección de la atención, un músculo infravalorado (porque no lo vemos en el espejo), si bien de una importancia capital en este mundo en el que vivimos.
Ahí es donde entran disciplinas milenarias como el Yoga y el mindfulness, en las que se trabaja la respiración, la consciencia física y mental y los niveles de concentración. En estos tiempos de apertura a nuevas culturas y otras formas de entender el trabajo, el Yoga está en boca de todos. Para Elena Ferraris, profesora titulada, empresaria y practicante de Yoga desde hace 20 años, cree que la clave está en “adaptarla para Occidente. Obviamente, respetando sus orígenes”.
“Yo trabajaba hace veinte años en producción audiovisual y tenía un día a día bastante ajetreado. Siempre he encontrado el alivio en la conexión, y en escuchar a mi cuerpo. Me daba indicios de qué era bueno y malo para mí”. Todos tendemos a ignorar las necesidades de nuestro cuerpo a cambio de someterlo a más presión, a más “productividad”, a más esfuerzo físico. Pero no nos damos cuenta de que eso es muy perjudicial a largo… y a corto plazo.
“Los científicos nos están avalando. Hay estudios que demuestran que diez minutos de ejercicios de respiración sientan unas bases para una buena salud”. ¿Cómo deberían ser esos 10 minutos? Pues, en caso del mindfulness y tu rutina diaria, lo explicamos para que puedas practicarlo en casa.
Cómo funciona el mindfulness
“El mindfulness es una técnica de meditación muy sencilla”, explica Elena, “en la que no se trata de tener la mente en blanco, no se trata de enfocar. Aquí se trata simplemente de observar qué es lo que ocurre cuando te quedas en quietud. El punto de referencia es la respiración”. El objetivo en este caso es “simplemente observar qué es lo que ocurre cuando te quedas en quietud. Simplemente observando qué ocurre cuando entra y sale el aire. Y luego, observar cuando surge un pensamiento. Cuando surge un pensamiento tu mente lo puede desarrollar o lo puede devolver a la respiración. Cuando tú desarrollas ese pensamiento y te das cuenta de que te has distraído, llevas amablemente (la amabilidad es muy importante) la mente de nuevo a la respiración. Se trata simplemente de observar y acoger cualquier sensación que surja. Sin reprimirla ni juzgarla. Eso fortalece el músculo de la atención”.
Un músculo muy mermado por el momento de sobreestimulación sensorial y de fragmentación de la atención en el que vivimos. Porque la repetición de cierto tipo de patrones de comportamiento, por ejemplo cuando respondemos a notificaciones del móvil, o cuando nos distraen en el trabajo de forma constante, tiene repercusiones a largo plazo. Nos vuelve seres reactivos y no reactivos. Para Elena, “la práctica del mindfulness abre un espacio entre el estímulo y la reacción. Y cuando tú tienes ese espacio te da mucha más libertad en todas las cosas: en la vida personal, en la vida corporativa… porque puedes cambiar el transcurso de una acción.”
Una rutina para aumentar tu productividad y tu bienestar.
Elena se despierta a las 6 de la mañana. No es la única: múltiples estudios demuestran que los empresarios y creativos de éxito aprovechan de forma excepcional sus primeras horas de la jornada. Para ellos es una manera de poder aprovechar su periodo de máxima atención y productividad. Más importante aun es darse un espacio para la tranquilidad, para el pensamiento y para la reflexión, por las razones que hemos mencionado anteriormente.
Su recomendación es la siguiente: al despertarse, hacerlo sin tener el móvil cerca de la cama, beberse dos vasos de agua y practicar 10 minutos de mindfulness. Más allá de los beneficios anteriormente mencionados, la profesora de Yoga y meditación considera que es un barómetro que define “qué tal estás hoy. Y así el resto del día lo puedes afinar según como estés tú. No solo serás mucho más productivo sino que al final no acabarás agotado.”
El programa de Yoga en Utopicus
Invertir en una buena técnica de ejercicio físico y mental es invertir de una forma tangible en ti mismo. Por eso estamos ofreciendo un programa de Yoga en el que, durante nueve semanas, Elena Ferraris y su equipo de formadoras aplicarán estas disciplinas al mundo empresarial. Si eres coworker de Utopicus puedes participar en una sesión o bien adquirir un bono, muy económico, para no perderte ni una parte del programa.
¿El objetivo? Derribar la barrera psicológica que existe respecto a la forma occidental de entender el cuerpo. Nos vemos como una máquina a la que hay que alimentar con unos mínimos de sueño, comida e higiene y a la que luego podemos forzar, sin ningún tipo de consecuencias. Y no es así: al cuerpo y a la mente hay que dedicarles un tiempo prudencial. Ponerlos a dieta (a ambos) para que trabajen juntos. Los griegos ya lo sabían: “mens sana in corpore sano”. El hombre y la mujer sabios se deben rendir ante la evidencia.