¿Te suena familiar ese momento en el que terminan las vacaciones y sientes que sólo has descansado los últimos 3-4 días? Qué típica la expresión: “El lunes vuelvo al trabajo, ¡ahora que por fin había empezado a desconectar!
Según un estudio publicado en la revista Journal of Occupational Health Psychology en 2017, por Sonnentag y Fritz, el tiempo de recuperación y desconexión del trabajo está relacionado con una reducción de los niveles de agotamiento y un aumento del bienestar psicológico.
Nada que no sepamos ya, pero la realidad es que tres de cada cuatro españoles no logramos desconectar totalmente en vacaciones, según el Estudio de TopDoctors: Verano y Bienestar Físico y Mental 2022. De hecho, casi un tercio de los encuestados manifiesta que sólo consigue desconectar a ratos y un 3% reconoce que no lo hace en ningún momento.
Y es que hay hábitos muy comunes, que repetimos cada año y que, efectivamente, lejos de dejarnos descansar y desconectar, nos fatigan más. Aquí van seis hábitos que no funcionan y una alternativa para cada uno de ellos que puede resultar muy útil.
1. Hablar de lo cansados que estamos.
Es posible que los primeros días de las vacaciones te dediques a contarte, y contar a todo el mundo, lo cansado o cansada que te encuentras. El cerebro no es capaz de desconectar porque lo que escucha lo conecta directamente con su correspondiente emoción, lo que traslada la fatiga que sientes físicamente.
Prueba a darle la vuelta al mensaje y prémiate con un lenguaje positivo y motivador: “Lo que estoy empezando a descansar” “Cada día siento que descanso un poco más” “Me gusta estar de vacaciones, es mi momento para disfrutar”
2. Madrugar, por hábito, y no disfrutar de las horas extra de vida que no pasas durmiendo.
Es totalmente normal y común tardar unos días en que el cuerpo regule los nuevos horarios asociados al descanso, las vacaciones y el relax. El problema es que cuando “abrimos el ojo”, miramos el reloj y comprobamos que, otra vez, nos hemos despertado a la misma hora de siempre, tendemos a agobiarnos. Cuando comenzamos las vacaciones, o incluso el fin de semana, tenemos el cuerpo lleno de cortisol, la hormona del estrés por excelencia. Regularla tarda unos días, lo que explica el nerviosismo y la vigía de los primeros días de vacaciones.
Cuando te despiertes por la mañana, prueba a levantarte y regalarte un desayuno pausado, sin productos con cafeína, e incluyendo proteína (huevos revueltos, jamoncito rico, yogurt natural, etc...) combinado con frutos secos y/o fruta ¡lo que decidas! Esta combinación, tomada con moderación, te aporta saciedad y buenos nutrientes, lo que el cuerpo aprovecha para recuperar, rehidratar y reponer (las 3 erres). Después, puedes volver a la cama, al sofá o salir a disfrutar del amanecer. Es probable que te duermas después del desayuno, o que el cuerpo simplemente se relaje por el festín de alimento saludable que le has regalado y empiece a liberar antes, y de forma más eficiente, ese extra de cortisol que fluye por tus venas.
3. Viajar el mismo día que coges vacaciones ¡o inmediatamente después!
Nunca ha funcionado que el primer día de vacaciones el de los traslados. Incluso la misma tarde, noche que sales de trabajar, coges un vuelo o lo que se tercie, y directos al lugar del destino. Si, además, el día que sales es “operación salida” y te encuentras con atascos o mucha gente viajando a la vez, el estrés no abandona tu cuerpo hasta pasados unos días.
Y es que, aunque te percibas “de vacaciones” visualmente, o incluso físicamente con tu refresco favorito en mano y unas vistas deseadas durante meses, el cuerpo no sabe si has corrido delante de un león o si te has ido de vacaciones. Simplemente siente que has hecho un esfuerzo enorme.
Prueba a pasar tu primer día libre en tu entorno habitual, pero haciendo cosas que te relajen y te gusten. Puedes pensar que es un día perdido, pero te aseguro que científicamente está demostrado que esa pausa en el hábitat diario es la que te ayuda a disfrutar del viaje que tengas planificado desde el primer momento. La explicación está basada en la psicología conductual: ese día lo empleas en establecer un espacio vital entre una rutina y otra, lo que ayuda al cerebro a segregar antes endorfinas y serotonina, las hormonas de la felicidad, el relax y el descanso.
4. Usar el móvil para buscar planes y escribir a familiares y seres queridos.
La rutina de la hiper conexión digital nos acompaña buena parte de las vacaciones, especialmente al inicio, cuando usamos el móvil para “desconectar” viendo series, redes sociales o simplemente para conectar con nuestros familiares y seres queridos. Ahora ¡estamos de vacaciones! y la fuerza irrefrenable de querer tener planes y disfrutar del merecido descanso, nos impulsa a usar el móvil incluso más que cuando trabajamos.
Prueba a establecer pequeñas reglas de uso para hacer una desconexión paulatina de la digitalización. Una muy buena idea es establecer pequeños espacios de disfrute, libres de pantallas, relacionados con las horas del día: los amaneceres, atardeceres o el rato de la comida, son momentos ideales para estar “aquí y ahora”. Empieza por espacios cortos de tiempo si te cuesta mucho desconectar del móvil y después, alárgalos ¡todo lo que puedas!
Lo más importante es que tomes la firme decisión de hacerlo, independientemente de que estas pausas de móvil y pantallas sean cortas o largas.
5. Descansar durmiendo o en la hamaca de la playa/piscina.
Qué habitual es tumbarse a tomar el sol o sentarse a disfrutar de ver la vida pasar sin horarios, ni rutinas. No obstante, la falta de actividad física diaria hace que el cuerpo se ponga en modo “reservas de energía”, lo que hace que no segregue suficientes endorfinas, ni serotonina … la vitamina hormonal para combatir el cortisol que nos acompaña en nuestro día a día.
La práctica de actividad física diaria y ejercicio, combinada con espacios naturales, es la mejor forma de descansar y desconectar de una forma rápida y eficiente. Si los primeros días de vacaciones, los dedicas a “consumir verde” y practicar ejercicio de tipo suave-moderado, el cuerpo enseguida empezará a segregar ese “cóctel hormonal de relax” que te permita dormir mejor, no volver recurrentemente a “la oficina o el ordenador” mentalmente y aprovechar para disfrutar, de verdad, el momento presente.
6. Consultar el correo del trabajo desde la playa, la piscina o nuestro lugar de descanso.
Si es solo un vistazo, ¿por qué nos afecta tanto? Lo más importante es que se entienda que aunque “el vistazo” solo sea para comprobar que todo está en orden y efectivamente, así sea, las probabilidades de que leas en ese correo algo que “no te cuadre” y te impulse a contestar, a mediar, etc. son altas. Pero no solo por eso, cuando nos vamos de vacaciones, debemos generar un nuevo hábito relacionado con los horarios y las actividades que ocupen el día y “deshacer” la rutina asociada al entorno laboral.
Por esta razón, la lectura de emails, las llamadas improvisadas de “son solo 5 minutitos” o los “sólo es esta reunión” hacen que tu cerebro (y tu cuerpo) no lleguen a desconectar de forma eficiente y los niveles de cortisol, no disminuyan en tu sistema nervioso. Toma decisiones, por tu descanso, por tu bienestar, y si puedes evitarlo, hazlo. No consultes correos laborales cuando estás de vacaciones.
Este verano toca desconectar y aunque creas que el cuerpo lo sabe, porque mentalmente tú ya te visualizas de vacaciones, lo cierto es que necesita que lo entrenes para el descanso. Son muchas horas y una rutina muy marcada de estrés y fatiga la que llevamos encima durante el año, por muchas razones que incluso trascienden lo laboral (familiares a cargo, hijos/as, contextos de estrés, etc.) El ritmo de vida se ha acelerado mucho la última década y descansar se ha vuelto casi “misión imposible".
Este verano, elimina esos hábitos que no funcionan, prueba a hacerlo de otra manera. Hacerlo, te permitirá desconectar mejor y antes de lo habitual, lo que te facilitará recargar pilas para enfrentar nuevos retos con mayor frescura y motivación.
¿Qué te parecería irte de vacaciones con la mentalidad y el cuerpo preparado para disfrutar desde el primer día? Adelántate, entrena el descanso.