¿Qué es para ti la felicidad?
En un mundo cambiante y lleno de estímulos, la felicidad suele disfrazarse de todo lo que nos rodea, desviando la atención de lo verdaderamente importante: nuestro interior.
En este artículo te traemos las conclusiones de la Masterclass de Paloma Fuentes, médico experta en Neurociencia y Neurofelicidad, en la que aprendimos qué es la felicidad y cómo podemos entrenar nuestro cerebro para ser realmente felices.
Puedes ver la Masterclass completa aquí:
La felicidad es un estado mental de energía plena, limpia y eficiente.
Ni el amor, ni la ira, ni la sorpresa. Según un estudio de la Universidad de Aalto en Finlandia, la felicidad es la única emoción que genera energía en todo nuestro cuerpo.
Y cuando estamos llenos de energía, somos proactivos en lugar de reactivos, capaces de tomar buenas decisiones, coherentes con lo que sentimos y pensamos. Y esto nos genera mucha calidad mental.
Bienestar vs Felicidad
Felicidad y bienestar son conceptos estrechamente ligados, aunque no significan lo mismo.
Cuando hablamos de bienestar, nos referimos a cambiar y mejorar el entorno que nos rodea, para influir positivamente en nuestro cerebro.
Aunque es un aspecto fundamental, debe ir siempre de la mano de un trabajo desde dentro hacia afuera. Es decir, entrenar nuestra mente para percibir con calma y positividad lo que sucede alrededor. Esto es lo que entendemos como felicidad.
No se trata de vivir bajo un paraguas de positividad forzada, ajenos a las circunstancias, sino de ser capaces de elegir cómo respondemos desde dentro, a lo que nos viene desde fuera. En definitiva, tener el control, poder tomar decisiones coherentes que nos generen calidad mental.
Pero, ¿cómo podemos hacerlo? A continuación, te dejamos 6 prácticas sencillas por las que puedes empezar.
6 prácticas para mejorar nuestra felicidad.
Impulsar nuestra felicidad requiere de un pequeño entrenamiento diario de la consciencia, coherencia, la flexibilidad y la salud de nuestra mente.
1- Re-pararando.
Parar para reparar. No podemos estar constantemente corriendo, haciendo cosas sin detenernos a pensar. Busquemos 30 segundos cada cierto tiempo para respirar, tomar consciencia, y luego seguir.
De esta forma, estaremos nutriendo nuestra corteza prefrontal, donde se metabolizan emociones como la ilusión, la motivación o el entusiasmo, que nos recargan de energía.
2- Renfocando
Recibimos infinidad de estímulos cada día, y es importante que sepamos identificar los que están bajo nuestro control y los que se nos escapan. Pero, sobre todo, debemos tener claro que lo que sí depende de nosotros es la forma en la que afrontamos lo que nos sucede.
Tardamos de media 0,47 segundos en responder ante un estímulo. No es mucho tiempo, pero si trabajamos cada día de forma consciente, iremos abandonando la “reacción” para pasar a la “respuesta”. Elegir y ser coherentes con lo que queremos y pensamos es fundamental para potenciar nuestra calidad mental.
3- Resignificando
Respirar, nuestra familia y amigos, escuchar música, la playa… Las mejores cosas de la vida son gratis y las tenemos catalogadas como “lo normal”.
Una vez más, pongamos consciencia y démosles a las cosas el valor que realmente tienen, haciendo cada vez más pequeño el cajón de “lo normal”, y más grande el de “lo extraordinario”.
4- Recargando
Recargamos nuestro cuerpo y mente con una buena alimentación, haciendo ejercicio y descansando.
Descansar es, sin duda, el paso más importante y al que más esfuerzos debemos dedicarle. Sin descanso, perdemos nuestra energía, no podemos ser eficientes ni estar motivados.
5- Reconectando
Con nosotros mismos, y con los demás. Dedicarles tiempo de calidad, estar presentes y darles permiso para ser. No tenemos necesidad de cambiar a los demás, y tampoco podemos controlarlo, así que ¿para qué?
En definitiva, reprogramar nuestra mente y activar el “modo felicidad” puede ser tan sencillo como destinar 10 minutos cada día a trabajar nuestra calidad mental, siendo conscientes, coherentes, flexibles y manteniendo unos hábitos saludables.